El tango nace de las entrañas de los conventillos y suburbios allá por 1880, como música híbrida, danza de pareja enlazada, de coreografía lasciva,
con aires de habanera. Bailado en piringundines, burdeles y cafés orilleros, en poco tiempo gana terreno en las reuniones de clases altas que incorporan al piano
como instrumento distintivo de las nacientes orquestas. Los sectores medios se acercan a esta música cuando las partituras habilitan la ejecución y práctica en
hogares de familia. Con una popularidad creciente, hacia 1915 surgen las letras, las interpretaciones y los discos que también favorecen la multiplicación. Esta
colección expone textos y artículos especializados, brinda información sobre los reconocimientos legislativos que se efectuaron al tango en esta institución y
presenta cientos de partituras y letras de acceso libre.