¿Por qué escribimos con lenguaje no sexista e igualitario?
Manifiesto de la Biblioteca Pública Esteban Echeverría - LCABA (2018 rev. 2021)
Este documento tiene por finalidad fijar una posición respecto del uso del lenguaje no sexista e igualitario en las comunicaciones de la Biblioteca Pública Esteban Echeverría de la Legislatura CABA. Fue elaborado y publicado por su equipo de Difusión y Referencia en 2018 y revisado en 2021, a partir de la incorporación de la Biblioteca en el Observatorio de Lenguaje Claro de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires
Algunos antecedentes. Lenguaje y Discriminación
En el mundo que habitamos, y desde hace varias décadas, se hizo necesaria la intervención de los organismos supranacionales, de los gobiernos, de las instituciones políticas y de las organizaciones sociales para llevar adelante acciones concretas que permitan eliminar todas las formas de violencia y desterrar prácticas discriminatorias contra las mujeres y diversidades.
La necesidad de avanzar en la Igualdad de Oportunidades y de Trato cobró muchísima visibilidad en los últimos años, pero el debate lleva mucho tiempo y no es una moda reciente. Ya a fines de la década del ´70 nos encontramos con el texto de la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) que pone el énfasis en la acción de los Estados Parte para que modifiquen ...los patrones socioculturales de hombres y mujeres con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres".
Por otro lado, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995) enumeró compromisos para lograr la igualdad de género en todas las dimensiones de la vida y propuso la transversalización de la perspectiva de género en la implementación de estrategias para alcanzar las transformaciones culturales necesarias hacia una mayor igualdad entre los géneros.
Casi una década más tarde, allá por 2006, se escribieron los Principios de Yogyakarta para la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación sexual y la identidad de género, ésta última considerada como “…la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento.”
En nuestro país, además del rango constitucional de los tratados internacionales, fueron sancionadas varias leyes que avanzan sobre la cuestión. En primer lugar, encontramos la “Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales”, que enumera los tipos de violencia e incluye la dimensión simbólica.
Unos años más tarde, la “Ley de Identidad de Género” estableció el derecho de toda persona al reconocimiento de su identidad de género y a ser tratada conforme su autopercepción y la correspondiente obligación de llamar a las personas por su género autopercibido.
En el ámbito local, en 1996 se redactó la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que estableció en su art. 38 esta misma necesidad de repensar o interpelar los mismos patrones socioculturales.... Otros ejemplos sumados a este artículo, que establece derechos para "niños, niñas y adolescentes", son el art. 40 garantiza a "la juventud" -y no a "los jóvenes"- la igualdad real de oportunidades, y los derechos reconocidos a "las personas mayores" (no "los adultos mayores") o a "la ciudadanía" en el art. 61, en lugar de la tradicional e incompleta expresión "a los ciudadanos". En el art. 68 que trata sobre el Poder Legislativo, se desdobla la cuestión en “diputados y diputadas”. Y así podríamos seguir señalando ejemplos de algunas estrategias que se pusieron en práctica al redactar esa carta para no generalizar desde el masculino, evitando caer en un uso lingüístico androcéntrico y excluyente y, al mismo tiempo visibilizar la presencia de las mujeres en el entramado social y en la función política. La Ley 3.062, sancionada por esta Legislatura, también consagra el Derecho a Ser Diferente, subrayando en el plano local los principios establecidos en las leyes nacionales a las que hicimos referencia y el art. 11 de la Constitución de la Ciudad.
En la misma jurisdicción, además, la Ley 6.027 de promoción y resguardo de espacios libres de discriminación y/o violencia, se sancionó para resguardar los espacios públicos libres de discriminación y/o violencia por cuestiones de género en el sector público de la CABA, a la par de establecer que la autoridad de aplicación debe dictar cursos de capacitación obligatorios a todo el personal de organismos públicos. Para cumplir con esta norma, se incluye en la biblioteca un cartel visible que ratifique el compromiso con la diversidad.
La dimensión simbólica de la violencia, la necesidad explícita en todas las normas mencionadas de remover los patrones socioculturales que habilitan la desigualdad, el derecho al trato de acuerdo con la autopercepción, el derecho a ser diferente y la transversalización de la perspectiva de género, son parte del entramado que hoy se debate a nivel global, involucrando no solo a los poderes del Estado, sino también a los sindicatos, las universidades, las escuelas y los medios de comunicación, entre otros. Estamos repensando como sociedad si es posible integrar en el lenguaje una forma de concretar también las metas que se proponen estas normas que nos rigen y que consagran derechos y garantías.
(Re)pensar la comunicación es parte del ejercicio democrático
Esta Biblioteca inició en 2017 un programa de implementación de Lenguaje Claro, que se consolidó a partir de la integración a la Red Argentina de Lenguaje Claro (con nodo en el Senado de la Nación hasta 2019). También la Legislatura entendió que debía trabajar en una instancia local y conformó la Red CABA para el Uso del Lenguaje Claro. En 2020, la apuesta fue aún mayor al aprobarse la Ley 6.367 de Lenguaje Claro para todo el Sector Público de la CABA, con carácter de uso obligatorio.
Dentro de las variables que se ponen en juego a la hora de escribir una comunicación en Lenguaje Claro, surge la necesidad de recurrir a una modalidad inclusiva, integradora, igualitaria. Dado que la comunicación está bajo la lupa para garantizar EL DERECHO A COMPRENDER, es vital que las instituciones interpelen sus modos comunicacionales: ¿son las instituciones coherentes con la diversidad de actores sociales que representan?, ¿es su lenguaje lo suficientemente claro, directo, simple como para garantizar que las personas entiendan el mensaje, encuentren lo que están buscando y utilicen la información?
Estos cuestionamientos llevaron a que la Cámara de Diputados de la Nación elabore en 2015 una Guía para el uso del Lenguaje no sexista e igualitario. Este es un documento de mucho valor porque fue pionero en su tipo y porque surgió de otro poder legislativo, lo que nos permitió repensar en profundidad nuestras prácticas discursivas, entendiendo que las mismas se dan en contextos muy particulares, con terminología, soportes, alcances, usos y costumbres propios de estas instituciones que elaboran normativas.
¿Cómo nos comunicamos en la Biblioteca?
En la Biblioteca Pública “Esteban Echeverría”, trabajamos constantemente con formas de comunicación inclusiva e igualitaria que sean coherentes con el público de naturaleza diversa al que le brindamos servicios de información. Consideramos que cada persona que consulta la misma tiene el derecho a verse identificada de la forma que se auto-percibe, cumpliendo de esta manera con la “igualdad de oportunidades y de trato” y con la promoción de diversos actores sociales que se vean incluidos en la comunicación institucional.
Por un lado, asumiendo el rol de servicio social que tiene la Biblioteca y sus propósitos de promover y facilitar el acceso a los recursos que administra y, por el otro, atendiendo a la diversidad de la comunidad que nos consulta; decidimos interpelar algunas de nuestras prácticas comunicacionales e intervenir nuestros enunciados de manera de evitar caer en expresiones discriminatorias, androcéntricas y excluyentes.
Es nuestra misión promover la lectura, garantizar el acceso a la información y preservar el patrimonio público. Queremos hacerlo desde una perspectiva igualitaria y de equidad de género. Buscamos asumir nuestra cuota de responsabilidad en la construcción colectiva de un mundo más igualitario, desde múltiples medidas e iniciativas. Aquí nos convoca el lenguaje y su uso.
"Ninguna lengua tiene una naturaleza predeterminada e inmutable", Darío Rojas
¿Por qué el lenguaje?
El lenguaje se aprende, limita lo decible y lo pensable, tiene la capacidad de invisibilizar y excluir a sujetos subalternizados y así genera transformaciones en nuestra manera de ver el mundo. También podemos pensar el lenguaje en su capacidad perfomativa, constituyendo desde la palabra nuevos sujetos de derechos para nominar el alcance de la igualdad y la no discriminación, como explica Patricia Gómez en el trabajo sobre intervenciones feministas en el campo de la Justicia.
El sexismo no está implícito en los caracteres de nuestra lengua, ni en sus palabras. En todo caso esto se establece en el uso. Es parte de una sociedad que encierra a los géneros en estereotipos femeninos y masculinos, limitando al ser humano en su desarrollo y, lo más grave, promoviendo la violencia de género. Cuando hablamos de género, no nos referimos a –únicamente- las mujeres e identidades LGTTBIQ+, sino que hacemos referencia a un sistema de relaciones de poder que involucra a todas las personas. “Estas construcciones sociales y culturales son dispositivos de poder y utilizan el lenguaje para nombrar o silenciar. El lenguaje participa en la distribución de poder en una sociedad...", sostiene la Guía elaborada por la Cámara de Diputados de la Nación.
Esta intervención en la forma de comunicarnos tiene por finalidad poner sobre la mesa de debate cuál es la relación entre lenguaje, pensamiento y praxis. Tal y como se desarrolla claramente en el material elaborado por la UNESCO: "Habrá quizá quienes piensen que intentar liberar el lenguaje de ciertos usos lingüísticos sexistas equivale a poner la carreta delante de los bueyes, ya que el lenguaje, que refleja los prejuicios sexistas acumulados durante generaciones, no cambiará hasta que la igualdad de las mujeres con los hombres no se sancione realmente en la práctica y. consecuentemente, los prejuicios sexistas que el lenguaje transmite vayan desapareciendo paulatinamente con el tiempo. Sin embargo, pese a su dimensión conservadora y su carga tradicional, el lenguaje, por su estrecha relación dialéctica con el pensamiento, puede cambiar gracias a la acción educativa y cultural, e influir positivamente en el comportamiento humano y en nuestra percepción de la realidad...".
El derecho a tener derechos
Como biblioteca entendemos que es un derecho ser nombrade en base a cómo nos identificamos. El lenguaje común, que universaliza el masculino, está también reproduciendo la limitación conceptual del ser humano como un hombre. En una reflexión más profunda, es éste un hombre blanco y de clase media, manifestado en el imaginario común. A esto llamamos lenguaje sexista o androcentrismo en el lenguaje.
En su relación con el pensamiento y también con lo pensable, decidimos entonces cambiar el uso de nuestro lenguaje a favor de enunciados que favorezcan la inclusión, que den cuenta de la diversidad constitutiva de nuestra sociedad y de las luchas por construir una sociedad más justa y emancipada. Cabe aclarar que esta intervención sólo constituye una de las tantas medidas concretas necesarias para cambiar la sociedad, y que debe ser acompañada por políticas que desarrollen iniciativas en contra de las injusticias desde todos los sectores. Pero el mundo que queremos, lo necesitamos ahora. Por eso, transformamos la manera en la que nos expresamos como Biblioteca, para acercarnos un paso más, hoy mismo, al mundo que queremos mañana.
Algunos ejemplos concretos
Estas indicaciones son para implementar en nuestras comunicaciones (redes sociales, piezas comunicativas, cartelería, notas internas, procedimientos, instructivos y formularios):
- evitar expresiones discriminatorias
- visibilizar el género cuando la situación comunicativa lo amerite
- no visibilizar el género cuando la comunicación no lo exija
¿Cómo?
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• Como estrategia principal, utilizar palabras más genéricas y abstractas: En vez de "los referencistas otorgarán" usar "el personal de referencia" // en vez de "el director" se puede usar "la Dirección"
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• Desdoblamiento, uso de barras y letras de reemplazo: El objetivo es evitar el uso del masculino como género no marcado, por ejemplo "Los usuarios deberán solicitar el formulario" supone que las usuarias quedan incluidas, sin embargo "Las usuarias tendrán acceso a la Sala" excluiría a los usuarios en su formulación. Por tanto se ofrecen estas alternativas: a) Los y las usuarios y usuarias b) los/as usuarios/as. Es decir explicitamos tanto el masculino como el femenino, sin sobreentender que el masculino es universal. c) evitar el uso de @ y x porque genera inconvenientes para software de accesibilidad además de ser inconvenientes para la lectura y verbalización. Si se trata de una comunicación informal como un chat, una red social, y correos electrónicos personales, podrá utilizarse la e (ejemplo, les usuaries) ya que no genera inconvenientes de visibilidad y supera el binarismo al incluir a las personas que no se identifican en la clasificación Masculino/Femenino, o cuya autopercepción desconocemos.
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• Suprimir el artículo determinante: ejemplo para un epígrafe de una foto: "se puede ver a los estudiantes en la visita a la Biblioteca" // reemplazar por: "estudiantes del instituto se acercaron hoy..." // en lugar de "este reglamento está dirigido a los estudiantes" se puede escribir "este reglamento está dirigido a estudiantes".
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• Utilizar pronombres sin marca de género: en vez de "los usuarios que no devuelvan los libros" podrá decirse "quienes no devuelvan los libros" // en lugar de "los que no cumplan con el reglamento", podrá usarse "quienes no cumplan el reglamento".
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• Perífrasis: buscar palabras de reemplazo sin carga de género, para evitar el término global masculino, por ejemplo: en vez de "los morosos" se utilizará "las personas que registren mora", ya que es precisamente lo que establece el código civil, que habla de PERSONAS y no de hombres o mujeres. Un uso adecuado del lenguaje debe ser coherente con esta concepción. Otros ejemplos: "Nosotros somos los trabajadores" podría ser reemplazado por "quienes trabajamos en esta Biblioteca".
FUENTES:
Apuntes sobre lenguaje no sexista e inclusivo / Santiago Kalinowski [et al.]. 1a ed . Rosario : UNR Editora. Editorial de la Universidad Nacional de Rosario, 2020. 110 p. ISBN 978-987-702-387-9
Orientaciones para el empleo de un lenguaje inclusivo en cuanto al género en español. Naciones Unidas. Disponible en https://www.un.org/es/gender-inclusive-language/guidelines.shtml
Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Guía de Lenguaje No Sexista - CCT CONICET CENPAT
(Re)nombrar. Guía para una comunicación con perspectiva de género. Ministerio de las Mujeres y Diversidades. República Argentina. 2020. se puede consultar en https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/guia_para_una_comunicacion_con_perspectiva_de_genero_-_mmgyd_y_presidencia_de_la_nacion.pdf
Principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos con relación a la orientación sexual y la identidad de género. Conocidos como "Principios de Yogyakarta". 2007. Disponible en https://www.refworld.org/cgi-bin/texis/vtx/rwmain/opendocpdf.pdf?reldoc=y&docid=48244e9f2
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
Ley Nacional 26485